viernes, 14 de enero de 2011

El cosmos resonó anoche

Lo primero que dije, fue que no quería volver a saber de ti, por lo menos hasta que el corazón sanara. Te bloquee de las redes sociales, y arranqué de raíz todo lo que nos pudiera conectar (más allá de esos casi cuatro años... con todo el amor, el dolor, y los recuerdos que saben quedarse). 

Ayer soñaba que tomaba fotografías en una playa y con el mensaje que me despertó del otro lado de la línea telefónica, llegó el vértigo, las náuseas, la sangre caliente recorriendo todo el cuerpo, el sudor frío, la angustia, el nudo en el estómago que se fue corriendo hasta llegar a la garganta, la melancolía, las ganas de correr muy lejos. Con todo eso galopando el alma, encontré fuerzas para decir "Para! No quiero saber más". 

Ella sintió que su obligación de amiga era darme santo y seña para así no tener secretos conmigo. Yo sentí que saber de ti me regresaba las ganas de llorarte.

Me convencí de que estaba bien, recordando que lo único que he deseado desde el día en que te conocí, es que seas feliz. Recordé que dejarte ir fue un acto de amor y que desde ese día he pedido luz, paz y progreso en tu camino espiritual.

Como un exorcismo bien logrado, esos sentimientos comenzaron a abandonarme para ser remplazados por la gratitud de saber que el cosmos me escuchó, y resonó anoche. 

Encontremos la Paz que no supimos darnos. Paso firme... y cara al sol...



Que tengas suertecita,
que te conceda la vida,
cada día, lo que mereces.
Que no te falte de nada,
que no te de la espalda, la esperanza.
Que encuentres el buen camino,
que sea el tuyo y no el mío y,
si es el mismo, enséñamelo.
Que no hagas caso de aduladores,
que no te fíes de los vencedores,
ganando competiciones,
elecciones y popularidad.
Que no te falte capacidad,
para discernir el más acá  
Letra de Que Tengas Suertecita - Enrique Bunbury - Sitio de letras.com
del confuso más allá,
que es realidad aparte.
 
Que no pierdas más el tiempo,
que ser el rico del cementerio,
no es buen invento y es peor epitafio.
 
Que no te falte esa canción,
que repare tu corazón,
en el momento peor, que hayas conocido.  


Que tengas suertecita.  

lunes, 10 de enero de 2011

Cuba

Nos hicimos amigas. Empecé a participar en los eventos que organizaba para recaudar fondos, material de curación y alimento tan necesario para los asilos que se dedican a rescatar perros y gatos. Después de ese, mi primer Perrito Fest, entendí que comprometerme verdaderamente con la causa iba más allá de recaudar y aportar; necesitaba adoptar.

Tras mucho buscar, te encontré en www.adoptamascota.com. El anuncio decía que urgía que te adoptaran pues llevabas mucho tiempo en una jaula muy pequeña; para mí, fue amor a primera vista.

Después de eso me enteraría de que eres una Scottish Terrier con pedigree azul, y que por tu anemia extrema no te habían podido esterilizar, por lo que muchas personas se interesaron en adoptarte. Cuántos no querrían seguir usándote como fábrica de cachorros

Justo eso habrán pensado de mí por la insistencia de adoptarte. Después del cuarto día de estar comunicándome, llame y me dijeron que ya te habían adoptado. Me sentí decepcionada. Mi asistente me dijo que hablaría para comprobar que fuera cierto y a él le dijeron que estabas disponible y que te entregarían a la primera persona que llegara cumpliendo los requisitos. 

Eduardo, mi asistente de producción, me animó para que fuera a buscarte con un "no hay peor lucha que la que no se hace" y me salí del estudio un poco antes de que terminara mi Programa "Camaro 2010", rezando porque la dirección de Eduardo fuera impecable y no hubieran problemas en el set.

De camino, llamé fingiendo ser otra persona y le ofrecí dinero al encargado de la veterinaria para que me esperara una hora más antes de cerrar el consultorio. Fui a buscarte lejos, muy lejos.

Cuando llegué, Ana (la veterinaria que te rescató) abrió la jaula para que yo te conociera. Estabas tan descuidada... no pesabas ni 6 kilos, y tampoco eras una perra de un año como decía el anuncio. Eras una perra adulta y me daba miedo como reaccionarias cuando te cargara. 

Ana me contó tu historia. Triste fue enterarme de que sólo comías una vez por semana, y que únicamente  habías podido embarazarte dos veces debido a tu estado constante de desnutrición. Cuando quien fuera tu dueño se encontraba con que, tras pagar la monta el producto no había pegado, te golpeaba hasta dejarte inconsciente; así te tiró varios dientes, rompió tus huesos y magulló tu carne. 

Al principio decían que te habían atropellado, pero para la 3era ocasión, la sobrina de ese señor confesó lo que te hacían y accedió a entregarte a cambio de no pagar la cuenta.  

Estuviste en terapia intensiva alrededor de 2 meses antes de nuestro primer encuentro. Ese 15 de Agosto, tu vida daría un giro total. Al igual que la mía.

Firmados los papeles y pagadas las respectivas cuotas, te subí al auto y mientras te acostabas sobre mis piernas, recuerdo haberte prometido que a partir de ese día, tendrías todo el amor y los cuidados que se te habían negado, y que mientras yo estuviera contigo, nada malo te pasaría. En ese momento lamiste mi mano y sonreí pensando que habías entendido mis palabras.

Te busqué pensando que podría cambiar tu vida, y darte la oportunidad de vivir en un verdadero hogar. Quién diría que ese atributo llegó a mi casa, hasta el momento en que tu entraste en ella.

Llegar a casa y encontrarme con tu emoción al verme... moviendo el rabo y dando brinquitos, se volvió una de las razones para regresar a casa más temprano, y querer pasar más tiempo en ella.

Aprendí lo placentero que puede ser caminar a tu lado en el parque, mientras escucho música  y canto a todo pulmón, olvidando por un momento mis problemas.

Desde que llegaste, perdí el miedo de encontrarme a solas con los espíritus de oscuridad que rondan nuestras existencias.

También aprendí a compartir mi espacio, hacerte un lugarcito junto a mi; a sentir el consuelo cuando estoy triste, tu energía cuando quiero jugar, y tus ganas de cuidarme ante cualquier ruido o amenaza (como cuando te enfrentaste a un asaltante y hasta a un gran danés que creíste me atacaba) 

Me encanta que nunca hayas mordido nada, que aprendieras a esperar a salir para hacer del baño, que siempre quieras estar cerquita de mi, que seas tranquilita, que siempre estés pendiente, que vayas por tus croquetas cuando yo voy a comer, que te me restriegues como gato para que te acaricie, que te pareces en el borde de mi cama cuando quieres salir, que me jales la cobija para despertarme, que brinques, que juegues conmigo, que me acompañes a caminar, que me conozcas tan bien...

La conexión que tu y yo tenemos, es mágica aunque la gente no lo pueda entender. Desde ese 15 de Agosto de 2008, hemos vivido muchas cosas juntas.  Hace poco más de año, estuviste al borde de la muerte; una cirugía de emergencia, muchos cuidados y tu fortaleza, te sacaron adelante y aunque la vida que te dieron antes de mi, te ha traído muchas secuelas, sé que todavía no es hora de despedirnos.

Hoy lo único que quiero es que te recuperes para que regreses a casa. Te extraño mucho Cuba, sé fuerte, no me dejes sola.