No las que adquieres en un "almacén de prestigio", y llevas como insignias de tu clan. No las que te dicen cuánto te gastaste en un trapo o un accesorio para después hacer cuentas burdas de "cuánto vales por lo que traes encima"...
Me gustan las marcas de vida: las cicatrices y los tatuajes.
Quizá más los segundos sobre mí... porque cierto es: tengo muy buena cicatrización como para notar las marcas de mi pasado en mi piel. Pero todas... todas ellas que recuerdo estuvieron, aún se hayan medio borrado, dejaron en mi un referente cargado de significado.
La cicatriz en mi antebrazo, casi imperceptible, me recuerda un día que llovía a cántaros y él jaló una reja para que yo pudiera meter el brazo y abrir. Una vez liberado el cerrojo, soltó la reja y corrió a resguardarse de la lluvia, sin tener en consideración que el fierro desgarraba mi piel. Sangré mucho. Él tenía una expresión de angustia, pero en el fondo, pienso que ese sentimiento se basaba en él mismo... en su vergüenza por haber corrido dejándome aprisionada. Esa fue la primera señal para saber que yo había dejado de importarle. Al tiempo, él también me dejó de importar. Aunque ciertamente no fue fácil, fue mi primera experiencia para saber que todo se puede superar.
Llevo también la marca de unos dientes en mi espalda. Puesto de otro modo: llevé sus dientes marcados un tiempo sobre mi piel. Suena extraño... Incluso sexual, cuando nada de eso fue. Hoy mientras me arreglaba para venir al trabajo, con 10 años de distancia pesando sobre la historia, pensaba "¿Cómo ella con sus escasos 40kg, podía dominarme físicamente así?". Era muy divertido jugar luchas con ellos, "Mis hermanos" de sangre bastante disuelta... primos 2dos que se dicen. Los que me arrancaron del corazón la cicatriz emocional anterior, con cuidados, risas, momentos, confesiones, y cariños.
Escribiendo sobre ellos y mis cicatrices, recuerdo especialmente ese día en la playa; intercambiamos caballos y el suyo se me desbocó. Galopaba tratando de evitar chozas y niños jugando, pero el caballo estaba hecho una furia. Al entrar a una choza, alcancé a abrazarme al cuello del animal lo que me evitó la degollada, no así los arañazos que las palmas habían dejado sobre mi espalda. Los recuerdo: a ella abrazándome. A el curándome. Los tres muy espantados. Mis "hermanos"... Esas cicatrices ya no están en mi espalda, pero siguen en mi para recordarlos. Fresco esta el gusto de ese día, cuando pensé que el caballo se le pudo desbocar a ella, mi mejor amiga, que no contaba con mi experiencia de haber crecido entre caballos (por lo menos un mes al año, durante 12 años).
“Un sin numero de moretones varias uñas rotas unos cuantos jalones de pelo una casa móvil para nuestro súper viaje por el mundo cuerpo sano mente INSANA cafés una tesis Cancún Sueños y fantasmas compartidos Cigarros / Alcohol La señora de las pulseras variadas Uno que otro corazón roto Críticas constructivas y destructivas Acapulco”LUO
Para ella, eso fue nuestra amistad... y aunque en nuestros juegos hubo mucha violencia, no olvido que fue con ellos con quien aprendí a decir "te quiero". Aprendí a besar y abrazar ante un saludo y una despedida. Aprendí que existía "el amor fraternal"
No me gustó en lo que ella se convirtió; frívola, deshonesta, vanidosa, falsa... pero yo me acuerdo de ella por quien fue para mí. Por todo el amor que ella, mis otros dos hermanos, y mis papás postizos, me dieron para ver el mundo de otra manera. De ella, me quedé con todas las cicatrices que duelen tras su ausencia; no con las que duelen por estar presentes. Pero... sin duda, es a él quien más extraño. Siempre fue el mejor de todos... La ausencia más pesada de llevar, es sin duda, la de un muerto. Te extraño.
Otra marca favorita... es la que llevo en la palma de la mano. No se alcanza a distinguir, pero se siente al tacto. Es una puntilla de carbón que clavara mi peor enemigo de la infancia / mi mejor amigo en la etapa adulta. Mi hermano. Mi hermano de sangre. Mi verdadero hermano.
Recuerdo que una navidad, pedí "una grabadora de reportera" para registrar todos los desplantes que me hacía; sus impertinencias y groserías. No podía entender cómo podíamos llevarnos tan mal, siendo yo la única que lo protegía, que jugaba sus juegos, que lo acompañaba y lo escuchaba. Tenia yo 15 años cuando me dijeron que me tenía que mudar a 800kms de distancia antes de que mi hermano "me matara". El día en que llegué a casa de mi abuela para vivir con ella, mi papá rompió en llanto y me ofreció un auto a cambio de regresar a la casa. Acepté. Un auto era todo lo que necesitaba para mantenerme alejada de mi hermano, sin tener que romper con todo lo que me daba soporte.
Años después henos aquí... confiándonos todo, queriéndonos tanto, citándonos para desayunar o salir a tomar una copa. Pegados al celular, sorprendiéndonos con música, prestándonos dinero, favores, rescatándonos... Él a veces saca el tema y apenado pide perdón. Yo me siento orgullosa del hombre en el que se convirtió y lo considero mi mejor amigo.
La última cicatriz, creo que fue la primera de ellas. A decir verdad... llevando un orden, todas están al revés. Comencé con la penúltima y terminé con la primera. (de la última NO voy a hablar hoy)
Esta cicatriz la llevé un tiempo en donde la pierna pierde el nombre para convertirse en nalga. Tenía yo 14 años y mis amigos me llevaban varios años, de forma que yo "sintiéndome grande" me había puesto una borrachera de miedo. Llegué a mi casa tambaleando, y no sé de qué forma terminé metiendo una lancha inflable a la regadera para después gritar desnuda "vámonos al club" al momento en que me aventaba sobre ella. Esta de más decir que no le atiné y terminé cortándome con el cancel del baño.
Esa fue mi primera borrachera, y sólo sirvió para "confirmarle a mamá", todas las cosas que ella pensaba sobre "la más rebelde de su rebaño".
Durante años, fue una lucha confrontar lo que ella pensaba sobre mi, lo que me hacía creer de mi misma, y la realidad. Es verdad que era más independiente a mis hermanos, es verdad que era diferente. La primera en tener un piercing, la única en tener tatuajes. La que no estudió medicina, ni una ingeniería, la que vacacionaba con amigos, hasta ser "la que vive sola".
Fue duro para mi, sentirme tan juzgada en ese tiempo, tan descalificada... como si nada de lo que hiciera tuviera realmente un significado para ellos. Ni una maestría, ni éxito laboral... Y en verdad... todo comenzó con una borrachera precoz?
A decir verdad: No. Así fue siempre. Como buen sandwich entre una hermana de 15 y dos gemelos de 13.
Esa marca... me hace sonreír porque me recuerda lo importante que es el autoconcepto, y lo importante que es luchar por lo que uno quiere en la vida, según sus propios parámetros.
El concepto que mi mamá tenía sobre mí, cambió totalmente. Tengo un gran trabajo, vivo sola hace unos años, soy una mujer sana, con relaciones estables y muchos proyectos. Cambié todo lo que pudo ser resentimiento, por amor incondicional. Pasaron muchos años para que ella me dijera que se enorgullece de mi, pero se dio justo cuando comencé a hacer las cosas por mi, y no para obtener su reconocimiento.
Los tatuajes, tienen un valor estético diferente al de las cicatrices, pero "ambas marcas" me han ayudado a trazar un mapa de mi misma, con el que sé, nunca me voy a perder. Mis tatuajes fueron hechos pensando el preservar un momento, un destello de magia en la vida. Mis marcas, hablan de mi historia, y de quién y cómo la trazó. Ninguna de ellas se encuentra a cambio.
Por qué no me enseñas tus marcas? y después, te enseño mis tatuajes.

Si! A mi también me gustan las marcas!
ResponderEliminarLas marcas de vida, esas señales que buenas o malas dejan rastro en ti y se quedan para dejar huella en tu camino. Debo admitir que en ocasiones habría querido borrar unas cuantas, quizás en lo más profundo de mi ser aún quiera borrarlas, pero luego la vida te enseña que ellas están ahí para recordarte lo fuerte que puedes ser, que puedes sanar, que todo pasa o simplemente están ahí para recordarte ese “error” que no debes repetir. “Error” que de una u otra forma te ha hecho crecer, quizás son estas últimas marcas las que más me han enseñado a vivir.
Recuerdo esa vez en mi niñez, en que sólo sentía mi respiración y el sonido del viento que pasaba por mis oídos, sabía que lo iba a lograr, creía en mi, sabia que llegaría a la meta, todos mis movimientos, mi mente, mi energía y mis ganas estaban apuntadas a la misma dirección, pero sólo por un minuto dude, esa duda me hizo mirar atrás… sólo por un segundo mire atrás, segundo que basto para no ver los obstáculos, entre ellos una roca. Sólo recuerdo que el mundo se me vino encima, trate de levantarme pero todos me miraban atónitos, la roca estaba clavada en todo mi rostro, no recuerdo si grite, no recuerdo si llore, sólo recuerdo las cara de los otros niños, de la gente que me miraba asustada, de las miradas de lastima de unos tantos y los espejos que mi madre y abuela cubrieron, quizás así me libraría de ver la lastima en mis propios ojos.
Los meses pasaron, las cicatrices se fueron y hoy ya no queda rastro, pero quizás fue la primera enseñanza que me quiso dar la vida, ahora entiendo que cuando miras atrás y dudas de ti, cuando te desconcentras de tu camino, cuando no miras tu meta, los obstáculos te envuelven y no te dejan llegar, todo se torna más sombrío y te haces más daño de lo que te imaginas, sin embargo por más fuerte que haya sido la caída, levantarse es obligatorio, la vida continua y tienes que sanar. Esto es algo que la vida me enseña todo el tiempo, mi problema es que no he querido aprender, es más fácil mirar atrás, o simplemente taparte los ojos, es triste, pero es la realidad. A veces pienso ¿en qué momento deje de creer en mi? La cicatriz en mi rostro sano, pero hay quizás otras cicatrices que quedaron en mi corazón en el transcurso de la vida… las cicatrices y las marcas son buenas, pero cuando están SANAS.
¡Que Trágica! ¿no?.
No, no todo es tan “amargo”. Hay marcas grandiosas que quedan en tu vida, una sonrisa, un abrazo, un beso, una persona… muchas personas. Hay personas que vez un segundo y las recuerdas toda una vida. Todo depende de ti, de cómo tomes la huella de cada persona en tu camino…
Hoy agradezco a cada persona que ha pasado en mi camino, porque con sus huellas me han hecho crecer enormemente, y me han permitido y enseñado a VIVIR!
Y hoy te agradezco especialmente a ti, porque dejaste una gran marca en mi, una marca inolvidable e imborrable, te aprecio enormemente por lo que eres, como persona, como amiga, como profesional, como guía, como anfitriona. Eres un ser muy valioso que ha dejado una huella de vida en mi camino. Estoy muy feliz de conocer a Ximena, de conocer sus carcajadas, sus alegrías, sus preocupaciones, sus “groserías”, su amor por sus seres queridos, su familia, su entorno, su parque… estoy muy feliz de haber compartido tu mundo y que me enseñaras a verlo desde tus ojos. Admiró la paciencia que tuviste cada uno de esos 15 días que estuve en tu país. Gracias por permitirme conocerte a ti y a tu país, por enseñarme lo maravilloso que es! Gracias por aceptarme y recibirme con una sonrisa y los brazos abiertos.
En verdad, quiero que sepas, que si hablamos de marcas, tú dejaste una en mi vida y te lo agradezco profundamente.
Es bueno saber que definitivamente hay marcas muy buenas en mi vida, gracias por ser una parte de ellas!
Te adoro. Gracias por tus palabras, llegan a mi en un día especialmente difícil y son bálsamo para las heridas.
ResponderEliminarUn beso mi querida Colombiana, las puertas de mi casa y de mi vida, se mantienen abiertas para tí.
Comadre! espero que estes muy bien, sabes que eres muy fuerte y se que eres capaz de todo si te lo propones y crees en ti.
ResponderEliminarAsí que espero que ese día difícil haya terminado y se convierta en un día muy provechoso, lleno de esperanzas e impulsandote a muchos días mejores.
Te quiero mucho, te mando muchas bendiciones y deseo que seas muy feliz!!!
Cada vez que te sientas triste no más recuerda las señales que me enseñaste cuando se nos atraveso "la güera esa" en su camioneta, las recuerdas??? ja ja ja. Pues yo si, y no te imaginas cuanto me rio!!! No te las recuerdo porque no quiero que me censuren en la web.
Un abrazo "manta".